La sensibilidad dental es uno de los problemas más comunes entre la población adulta. Se calcula que una de cada cuatro personas entre 25 y 45 años sufre esta sintomatología.
La sensibilidad dental o hipersensibilidad dentinaria es una reacción exagerada ante un estímulo normal de origen térmico, químico o táctil, tales como los cambios de temperatura, la ingesta de alimentos ácidos, que en condiciones normales de los tejidos no deberían causar dolor. El diente es una estructura compuesta por esmalte, dentina y pulpa. Las estructuras dentarias funcionan como un equipo de comunicación constante y directa, por lo tanto, si la superficie del esmalte se desgasta o abrasiona, automáticamente hay comunicación con la dentina y la pulpa a través de los “túbulos dentinarios” (miles de tubos microscópicos) que contienen terminaciones nerviosas y son los responsables de que la sensibilidad se perciba.
La hipersensibilidad de da por dos causas principales: la abrasión del esmalte o la recesión gingival. La abrasión del esmalte puede ser ocasionada por varios factores entre los que destaca la caries. No obstante en la actualidad, con un estilo de vida en el que prima la estética sobre la salud han proliferado dietas en las que se prima la ingesta de alimentos de frutas cítricas o refrescos carbonatados bajos en calorías, los cuales contienen importantes cantidades de ácidos que deterioran el esmalte dental. Como en todas las afecciones existen grupos de riesgo entre los que figuran las personas que se cepillan vigorosamente los dientes, pacientes con recesión gingival, aquellos sometidos a tratamiento periodontal, bulímicos, personas con xerostomía (sequedad bucal), personas con maloclusiones severas que provocan problemas periodontales o exposiciones anormales de los cuellos de los dientes y blanqueamientos dentales muy agresivos.
Como siempre en salud, la acción más útil es la preventiva. En este caso, es básico someterse a un examen clínico meticuloso para descartar factores que pueden producir dolor como lesiones cariosas activas, interferencias dentales al cerrar la boca, infección en la pulpa dental, entre otras. En casos de hipersensibilidad puede ayudar el uso diario de productos que ayuden a disminuirla, como la pasta para dientes sensibles que va sellando los “túbulos dentinarios”. Complementando el uso de dentífricos con el colutorio para enjuague bucal se obtienen mejores resultados.
Un número elevado de pacientes responden bien a este tratamiento inicial en las primeras cuatro a seis semanas, aunque este es solo un tratamiento inicial que puede dar paso a otros más complejos que deberá aplicar su dentista de confianza. En nuestra clínica utilizamos el tratamiento con LÁSER “diodo” cuando han fracasado las técnicas habituales.Es una terapéutica de gran utilidad, de solución eficaz,de efecto inmediato,de larga duración e indolora.Su fundamento consiste en el sellado de los “túbulos dentinarios”.
Sin duda uno de los grandes avances en el área Odontológica es la aplicación de la tecnología LÁSER.