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Respiración bucal

Respirar por la boca no es un gesto natural. Si durante la etapa de crecimiento del niño se convierte en un hábito lo denominamos Síndrome de Respiración Bucal y, de no tratarse, puede tener consecuencias graves en el desarrollo maxilofacial y en el resto del cuerpo. Con el tiempo, los niños que lo sufren suelen presentar caras alargadas y flácidas. “Sindrome de la cara larga”(posición abierta de la mandibula para permitir el paso del aire)

Respirar por la boca es malo si lo hacemos de forma habitual. La respiración debe ser principalmente por la nariz, porque la respiración nasal es un estímulo fundamental para el desarrollo de la estructura facial de los niños.
La respiración bucal puede tener un origen multifactorial y suele estar provocada por obstrucción nasal, hipertrofia de amígdalas, vegetaciones, alteraciones en el crecimiento óseo mandibular o maxilar, inflamaciones por alergias…. Una mala oclusión dentaria e incluso el hábito de chuparse el dedo también podrían fomentar la respiración por la boca.
Las consecuencias de no tratar el Síndrome de Respiración Bucal en los niños pueden llegar a ser más importantes:

1. En la boca

  • La cara experimenta un crecimiento alargado y el paladar se estrecha. Al respirar por la boca, el paladar adquiere una forma ojival, invadiendo la fosa nasal y creando un círculo vicioso que fomenta la respiración por la boca, interposición de la lengua entre los incisivos.
  • Incompetencia labial. Es decir, los labios no quedan sellados al cerrar la boca de forma relajada, por lo que se resecan con facilidad.
  • Dientes torcidos o maloclusión (mordidas abiertas,cruzadas…)
  • Sequedad en la boca, aumentando el índice de caries y gingivitis.

2. En el resto del cuerpo

  • Falta de sueño. En algunos niños la respiración oral está asociada a problemas más severos, como la apnea del sueño, un problema que repercute en el crecimiento, el rendimiento académico y la salud física y mental ya que está asociado a un sueño de mala calidad.
  • Trastornos digestivos. Al respirar por la boca y presentar maloclusión, trituran mal los alimentos y los tragan antes de tiempo con dificultad de coordinar la masticación con la respiración (anorexia falsa)
  • Otras consecuencias: deformidad torácica, retraso en el crecimiento, cefaleas, hipoacusia, alt. en la columna vertebral… Puede incluso conducir a un cuadro de déficit de atención e hiperactividad.

Tratamiento
Afortunadamente puede tratarse desde un enfoque interdisciplinar: dentista, pediatra, otorrinolaringólogo, neurólogo y ortodoncista pueden llevar a cabo un plan de tratamiento integral. Pero son fundamentalmente el dentista y los padres quienes tienen la mejor oportunidad para detectarlo a tiempo, comprobando si el niño duerme y respira con la boca abierta. El dentista puede realizar una evaluación del niño y derivarlo al otorrinolaringólogo en caso de detectarse una obstrucción nasal. En primer lugar, será necesario averiguar la causa de la respiración bucal y, posteriormente, rehabilitar la musculatura a través de una serie de ejercicios para lograr que los labios cierren correctamente, así como entrenar la respiración por la nariz. Complementariamente, el ortodoncista valorará la necesidad de tratamiento funcional u ortopédico para restablecer una armonía en el crecimiento facial cuando sea necesario.

Si el niño ya presenta alteraciones en la boca
Si observamos que nuestro hijo ya presenta defectos en los dientes, además de comprobar si existen caries o gingivitis, probablemente será necesario iniciar un tratamiento de ortodoncia.
La detección precoz a través de la observación de los padres y de las visitas regulares al dentista; un diagnóstico acertado; y un tratamiento interdisciplinar serán claves para solucionar el problema.
Más allá de la controversia que existe en la actualidad en dar a conocer cual es la causa que produce los cambios en los pacientes respiradores bucales, está la realidad que tenemos los dentistas ante nosotros, los pacientes, quienes acuden a nosotros en búsqueda de soluciones. Como profesionales de la salud estamos en la obligación, de descubrir lo más tempranamente posible los signos y síntomas descritos, para así poder brindarle la mejor atención posible, en un trabajo interdisciplinario.