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Caries

Se calcula que el 90% de la población adulta tiene alguna caries y del libro blanco de la salud bucodental en España, editado el año 2010, se desprende que el 18% de los ciudadanos presenta caries sin tratar.

Pero, ¿sabemos que es la caries y qué la provoca? La caries es una enfermedad bacteriana infecciosa que desencadena la destrucción del tejido del diente causada por la presencia de ácidos producidos por las bacterias de la placa depositada en las superficies dentales. La caries, como todas las enfermedades, debe tratarse como tal, especialmente si tenemos en cuenta que es la mayor causa de pérdida de piezas dentarias en pacientes jóvenes.

Inicialmente, la lesión se manifiesta con un cambio de color (oscuro o blanquecino) en el esmalte del diente. Poco a poco, y a medida que la lesión progresa, aparece pérdida de sustancia y socavación del diente, lo cual da aspecto de mancha grisácea. Finalmente, el esmalte acaba por romperse y la lesión se hace fácilmente detectable.

En algunas ocasiones, el paciente con caries puede presentar dolor con frío, calor, dulce… Pero una de las dificultades del tratamiento de las caries es que muchas veces son asintomáticas hasta estadios avanzados, de manera que cuando el paciente ya tiene dolor puede ser demasiado tarde para llevar a cabo un tratamiento efectivo o requerirá una intervención más compleja y costosa. En el peor de los casos, puede que la pieza con caries quede comprometida y el paciente acabe por perderla.

Hoy en día se sabe que hay algunos factores que predisponen al desarrollo de caries que no se pueden modificar, como la susceptibilidad individual, pero hay otros desencadenantes sobre los que sí se puede intervenir. En cualquier caso, hay que tener en cuenta que el mejor tratamiento es la prevención y que ésta debe aplicarse ya desde los primeros años de vida.

En primer lugar se deben adoptar una medidas dietéticas específicas que tienen la misión de disminuir la ingesta de azúcares, principal materia prima sobre la que actúan las bacterias causantes de la caries. Es importante promover el consumo de alimentos ricos en fibras y en el caso de los niños y lactantes evitar el contacto prolongado con las tetinas de los biberones y no endulzar los chupetes con miel o azúcar ni ofrecer zumos en biberón.

La higiene oral es una de las herramientas básicas de prevención de esta patología. El correcto cepillado y el uso del hilo dental son los principales aliados a la hora de prevenir la aparición de caries. La fluoración es otra de las medidas más eficaces en la lucha contra la caries. El flúor se almacena en los dientes desde antes incluso de su erupción y aumenta la resistencia del esmalte ante posibles agresiones bacterianas.

Evitar las caries es posible adoptando unos hábitos higiénicos y dietéticos saludables. Además, visitando al dentista de confianza con regularidad se podrán detectar las lesiones en fases muy iniciales y así evitar problemas más complejos.